jueves, 20 de agosto de 2020

Menos de 24 horas duró el chantaje por cajas de alimentos en Ñuñoa

 

Aparentemente motivado por un asunto que poco tiene que ver, salvo en una mente enfermiza, el miércoles 15 de julio de 2020 existieron denuncias que se habían suspendido la distribución de cajas de alimentos a los necesitados habitantes de Ñuñoa.

El problema que habría generado esta suspensión, habría sido el caceroleo que ocurrió ese miércoles 15 en varios sectores del Gran Santiago y en particular en las villas de Ñuñoa, cuando se anunció por el Gobierno la entrega de un crédito blando como alternativa para no entregar el 10% de los ahorros existente en las AFP.

Al igual que en octubre 2019 y sin aparentemente haber aprendido de aquella experiencia, ocurrieron una serie de “coincidencias” como el caceroleo del 10%, la suspensión de la entrega de cajas con alimentos del día siguiente (para evitar conflictos con los pobladores, según algunas versiones oficiales) declaraciones del entonces ministro del Interior que indicaba: “Lo de anoche no es solo delincuencia, es un intento de amedrentar y alterar nuestro proceso democrático”. También el Ministro de Salud, Enrique Paris, indicaba: “no cumplen las normas sanitarias, salen de noche, atentan contra su propia salud y contra la salud de toda la población y de sus familiares”.

No parece la oportunidad para que las autoridades reaccionen como niños taimados, esta manera de actuar no es apropiada, ni siquiera su insinuación y menos en el equilibrio precario en que se encuentra desde octubre pasado la situación social que vive el país.

Frente al retiro del 10% de las AFP que igual se aprobó con un costo de credibilidad absurdo e innecesario para quienes quieren detentan aparentemente la exclusividad de disponer de dichos recursos para sus malas inversiones inmobiliarias, y que todos hemos visto cómo, con casi desesperación la población ha recurrido en masa a retirar los fondos, que es un indicador de la necesidad que tiene la ciudadanía después de meses sin ingresos, convirtiéndose en una señal inequívoca que lo razonable era, antes de oponerse, el agregar al retiro del 10% la oferta de créditos de 0% de interés para quienes igual lo sigan necesitando, pues es claro que ninguna política pública por sí sola permite llegar al 100%  de las necesidades. Se debe pensar en el gran número de personas con empleos precarios o informales afectados por la pandemia, todos los cuales seguramente no disponen de fondos en las AFP.

 Así varias municipalidades acusaron que ese miércoles 15 de julio de 2020, que el Gobierno suspendió la entrega de cajas del programa “Alimentos para Chile” en sus comunas, afortunadamente, según versiones de vecinos en Ñuñoa ésta suspensión de entrega de cajas con alimentos del Gobierno Regional duró solo 24 horas.

En este contexto y mientras todos se preocupan del reparto o no de las cajas de ayuda o del retiro del 10% de los fondos de pensiones, ya pasó a su segundo trámite legislativo el proyecto de ley "Rescate financiero", que modifica distintas leyes con el fin de "salvar" a las grandes empresas de Chile con el dinero de los fondos de pensiones pertenecientes a todos los chilenos, permitiéndole a las AFP que puedan “invertir” en el rescate de grandes grupos económicos del país, esto, bajando el umbral de exigencia en la compra de bonos y aumenta el techo de inversión que pueden efectuar las AFP, hasta llegar a un 20%, cuando los mismos negaban el retiro de un 10% por parte de sus legítimos dueños. Resulta claro dónde irán nuestros fondos de pensión a invertir este 20%, con sus conocidos intereses entrecruzados, en forma “natural” irá a las grandes inmobiliarias que lucran desmedidamente, convirtiendo el sueño de la casa propia en deudas impagables, en edificios que además no cumplen con normas mínimas de higiene y asoleamiento o peor aún, transformarán ese 20% en edificios de oficina o comerciales, cuyo futuro después de la pandemia, resulta en inversiones inútiles, muy inciertas y riesgosas, allá seguramente irá a parar nuestro otro 20% de los fondos de pensiones que nadie habla.